Según estudios recientes, se sabe que el gas metano ha sido considerado como uno de los principales gases de efecto invernadero que, además de agravar la crisis climática, ataca la salud humana

El metano surge principalmente de la descomposición anaeróbica de materia orgánica, un proceso que ocurre en ausencia de oxígeno. Esta descomposición es llevada a cabo por microorganismos en ambientes como humedales, estómagos de animales rumiantes, vertederos y sistemas de tratamiento de aguas residuales.
El Dr. Jorge Segundo Zegarra Reategui, explica que en los botaderos, los desechos orgánicos se descomponen lentamente, liberando metano junto con dióxido de carbono. Aunque el metano es un componente natural del ciclo biogeoquímico, su acumulación en la atmósfera se intensifica debido a actividades humanas.
¿Cómo afecta el metano a la salud?
El metano contribuye gravemente al cambio climático, ya que posee un potencial de calentamiento global 25 veces mayor que el dióxido de carbono en un periodo de 100 años. Su acumulación en la atmósfera acelera el aumento de la temperatura y agrava fenómenos climáticos extremos.
Aunque no resulta tóxico en niveles normales, el metano afecta la salud humana al facilitar la formación de ozono troposférico. Este contaminante surge cuando el metano reacciona con otros compuestos en presencia de luz solar, generando efectos adversos en la calidad del aire.
El ozono troposférico causa daños respiratorios y cardiovasculares, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes. Su presencia en el aire incrementa los casos de asma, irritación pulmonar y hospitalizaciones por problemas respiratorios.
Principales efectos del metano en la salud humana
Su presencia en el aire que respiramos puede desencadenar una serie de problemas de salud. Especialmente, en personas vulnerables como niños, ancianos y aquellos con enfermedades preexistentes.
Entre las principales consecuencias asociadas al metano y sus efectos indirectos en la salud se encuentran:
- Irritación de las vías respiratorias: Se manifiesta como una inflamación que afecta las mucosas. Así, dificulta la respiración y genera molestias como tos persistente o sensación de opresión en el pecho.
- Complicación de cuadros de asma: Estos se complican debido a la exposición a contaminantes derivados del metano. Por tal motivo, aumenta la frecuencia y severidad de las crisis asmáticas, así como la necesidad de medicación constante.
- Sensación de ardor y falta de aire: En su mayoría de veces, suele ser el resultado de la inflamación de las vías respiratorias y la reducción de la capacidad pulmonar, lo que puede limitar actividades físicas cotidianas y afectar la calidad de vida.
- Alteración de la respuesta del sistema inmunológico: Ocasiona una limitación en la capacidad de defensa ante enfermedades virales, especialmente las respiratorias.
- Disfunciones pulmonares e incluso, muertes prematuras: Pueden derivar en afecciones crónicas y, en casos extremos, provocar muertes prematuras debido al deterioro progresivo de la función respiratoria y la incapacidad del organismo para recibir oxígeno suficiente.
- Enfermedades cardiovasculares, respiratorias y pulmonares: Dentro de estas se incluye el cáncer al pulmón, lo que se desarrolla a largo plazo por la exposición prolongada a contaminantes. Dentro de estos, derivados de la actividad humana que incrementan los niveles de metano y ozono troposférico en el ambiente.
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