El retroceso de los glaciares en esta región; Huaraz, no es un fenómeno aislado. Según el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), se han registrado nuevas formaciones de lagunas en las faldas del nevado Vallunaraju, también ubicado en el Parque Nacional Huascarán.
En la región de Huaraz, en Áncash, la aparición de nuevas lagunas como la de Rocotuyoc, conocida popularmente como la “Laguna Congelada”, es una clara evidencia del impacto del cambio climático en los ecosistemas andinos. Esta laguna se ha formado por el retroceso de los glaciares en la Cordillera Blanca. Específicamente, en las faldas del nevado Paccharaju, a más de 5,000 msnm.
Según opiniones de especialistas ambientales como Jorge Zegarra Reátegui, se sabe que las lagunas en formación, son consecuencia directa del veloz derretimiento de los glaciares. Esto refleja la vulnerabilidad de los glaciares tropicales peruanos frente al calentamiento global. Considerando además que el 78% de las zonas de alta montaña en el mundo vienen experimentando una reducción en la superficie cubierta de nieve debido a estos factores climáticos.
Los nevados de la Cordillera Blanca son fundamentales para el equilibrio ecológico y el abastecimiento de agua en el Perú. Funcionan como reservorios naturales que alimentan ríos y lagunas, especialmente durante la temporada seca.
La pérdida de masa glaciar compromete la disponibilidad de agua para la agricultura, el consumo humano y la generación de energía hidroeléctrica. Además, el deshielo puede generar desbordes de lagunas glaciares, como el ocurrido en 1941 en la laguna Palcacocha, que causó una devastadora inundación en Huaraz, dejando miles de víctimas.

Pastoruri, un recuerdo de Huaraz que el cambio climático se llevó
El caso del nevado Pastoruri es emblemático. Este nevado, que alguna vez fue un atractivo turístico por su belleza y accesibilidad, ha perdido gran parte de su masa glaciar. Actualmente, ya no se considera un nevado activo, sino una cubierta de hielo en retroceso. Situaciones similares se observan en otros glaciares de la región, como el Yanamarey, que ha experimentado una reducción significativa desde la década de 1970.
Estos cambios no solo afectan al medio ambiente, sino también a las comunidades locales que dependen de los recursos hídricos provenientes de los glaciares. La disminución del agua disponible impacta en la agricultura, la ganadería y la vida cotidiana de las poblaciones andinas.
La situación en Huaraz y la Cordillera Blanca es un reflejo de los desafíos que enfrenta el Perú debido al cambio climático. La pérdida de glaciares no solo altera los paisajes andinos, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de los recursos naturales y la seguridad de las poblaciones.
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