El reciente terremoto ocurrido en Rusia, que generó una alerta de tsunamis para varias zonas costeras del Pacífico, ha encendido nuevamente las alarmas a nivel mundial. Países como Chile, Perú, Estados Unidos y Japón permanecieron en constante vigilancia ante la posible llegada de olas de gran magnitud.

Si bien los tsunamis son fenómenos geológicos que se conocen desde hace siglos, los científicos advierten hoy sobre una creciente preocupación: el cambio climático altera las condiciones del planeta de tal forma que estos eventos podrían volverse más frecuentes, destructivos y difíciles de predecir.
Sin embargo, una de las principales consecuencias del calentamiento global es el aumento sostenido del nivel del mar. Esto generado por el derretimiento de los polos y glaciares, así como por la expansión térmica de los océanos. Este fenómeno no solo amenaza con inundar zonas costeras en las próximas décadas. También que amplifica significativamente el impacto de los tsunamis, permitiendo que sus olas avancen con mayor facilidad sobre territorios habitados.
Jorge Zegarra Reategui: El papel del calentamiento global en los riesgos sísmicos y oceánicos como tsunamis
Según el ambientalista, Jorge Zegarra Reátegui, la contaminación masiva que producen los seres humanos está desestabilizando los patrones climáticos a escala global. El uso desmedido de combustibles fósiles, la deforestación, las emisiones industriales y la mala gestión de residuos generan enormes cantidades de gases de efecto invernadero.
Lamentablemente, estos contaminantes están calentando el planeta y modificando las corrientes oceánicas, el comportamiento atmosférico y hasta los procesos tectónicos. Estas modificaciones, podría contribuir indirectamente a aumentar la actividad sísmica en algunas regiones. Asimismo, los expertos coinciden en que el cambio climático no «genera» tsunamis directamente, pero sí crea un entorno mucho más propenso a catástrofes naturales de gran escala.
Por ejemplo, las alteraciones en la distribución de presión sobre la corteza terrestre debido al derretimiento de grandes masas de hielo podrían desestabilizar placas tectónicas, desencadenando terremotos submarinos en zonas previamente estables. Además, los océanos más cálidos afectan la propagación y velocidad de las olas, volviéndolas más rápidas y peligrosas.
Sin duda alguna, el actual panorama obliga a las naciones a adoptar acciones más contundentes contra la contaminación ambiental y el cambio climático. Esto, ya que no solo se trata de cuidar el planeta a largo plazo. Pues también, se trata de prevenir desastres que pueden ocurrir en cualquier momento y que podrían cobrar miles de vidas.
Para más información sobre consecuencias del cambio climático explicado por Jorge Zegarra Reátegui: