
Los avances tecnológicos permiten medir con mayor precisión la huella de carbono que generan las ciudades en todo el mundo. Gracias a observaciones satelitales, los científicos identifican cómo las actividades urbanas influyen directamente en el cambio climático.
Un nuevo enfoque para medir la huella de carbono urbana
Un reciente avance científico permitió observar desde el espacio cómo se distribuyen las emisiones de dióxido de carbono en 54 de las principales ciudades del mundo. El estudio, publicado en AGU Advances, utilizó imágenes satelitales del instrumento OCO-3 de la NASA para ofrecer una visión precisa del impacto urbano en el clima. Los investigadores analizaron datos de metrópolis como Tokio, Nueva York, São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires.
Los resultados mostraron grandes contrastes entre regiones. Tokio registró las emisiones más altas, mientras que Róterdam, en los Países Bajos, presentó las más bajas. Estas diferencias confirman que la huella de carbono varía significativamente según el tipo de desarrollo urbano y las políticas ambientales de cada país.
Diferencias entre mediciones satelitales y métodos convencionales
El equipo comparó los resultados obtenidos desde el espacio con las estimaciones de los inventarios urbanos convencionales. Detectó que los métodos tradicionales tienden a sobrestimar o subestimar las emisiones en distintas regiones. Las diferencias más marcadas se observaron en Asia y África, donde la antigüedad de los factores de emisión afecta la precisión de los datos.
Las ciudades analizadas liberan en conjunto más de 1.700 millones de toneladas métricas de CO₂ al año, una cifra comparable con las emisiones de Rusia y Japón. Los investigadores también concluyeron que las ciudades más desarrolladas emiten menos dióxido de carbono por unidad económica producida, lo que refleja una mayor eficiencia energética.
Cómo se midieron la huella de carbono desde el espacio
Los científicos midieron directamente las concentraciones de CO₂ en la atmósfera entre 2019 y 2023, empleando tecnología satelital de alta precisión. El OCO-3 recolectó datos a una resolución de apenas unos kilómetros, mientras que el satélite europeo TROPOMI midió los niveles de dióxido de nitrógeno para confirmar el origen humano de las emisiones.
Este sistema permitió observar con claridad las zonas más contaminantes y detectar variaciones diarias y estacionales. Gracias a la tecnología satelital, los investigadores pudieron identificar patrones locales y validar las fuentes urbanas de emisión.
El uso de estas herramientas fortalece la capacidad de las ciudades para monitorear su huella de carbono con datos objetivos. La información obtenida impulsa nuevas estrategias para reducir emisiones y diseñar políticas ambientales basadas en evidencia científica.
Petramás y el compromiso con la reducción de la huella de carbono en Perú
En el Perú, empresas como Petramás aplican tecnologías sostenibles que contribuyen a reducir la huella de carbono nacional. La compañía transforma los residuos sólidos en energía eléctrica y evita que toneladas de desechos liberen gases de efecto invernadero.
Su modelo de economía circular aprovecha los recursos urbanos y promueve una transición hacia fuentes limpias. Al generar energía a partir de los residuos, la empresa demuestra que el crecimiento económico puede alinearse con la sostenibilidad ambiental.
Con proyectos que reducen las emisiones y mejoran la calidad del aire, la empresa refuerza el papel del sector privado en la lucha contra el cambio climático. Su compromiso con la mitigación de la huella de carbono fortalece la resiliencia ambiental del país y favorece el bienestar de las futuras generaciones.
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